domingo, 19 de junio de 2011

¡Hasta pronto San Andrés!


Parece que fue ayer cuando llegamos a este lugar en medio de El Petén, pero ya hace más de cinco meses que somos San Andresinas y ahora cuesta hacer las maletas.
Desde que terminamos en la escuela, hemos ido alargando el día de salida, pero ya toca mover ficha y mañana nos vamos rumbo a Chiapas.
Cuando termina una etapa es habitual escribir sobre lo mejor y lo peor de la misma, pero han sido tantas cosas y tantas personas las que han pasado por nuestras vidas en este tiempo, que sólo puedo decir que ha merecido la pena.
Hemos aprendido, y esperemos que enseñado, mucho, no sólo en la escuela, sino también en el día a día. He descubierto que existe gente más lenta que yo (sí, mamá, es posible) y que el sabor de los frijoles, el pepino o el rábano son aceptados por mi paladar. He bailado hasta romper las sandalias, canciones que siempre negaré haber bailado. He sobrevivido al clima tropical gracias a las bolsas de agua, las chocofrutas, los cucos y los helados de frutas naturales. He bajado y subido cuestas, casi a diario, para llegar al lago donde he dejado que el sol cambie mi color tumbada en un muelle de madera. He confirmado que el que menos tiene, es el que más da y que se puede ser feliz con muy poca cosa, pero buena compañía. He disfrutado caminando entre la selva intentando identificar los diferentes árboles, buscando guacamayas y animales salvajes. He jugado a pillar como si tuviera seis años y al fútbol sin importar el tiempo o el terreno. He tejido hamacas y casi he conseguido mecerme sin marearme. He usado el machete, la sierra mecánica y he subido a lo más alto de una palmera, al más puro estilo de la jungla... y me he dado cuenta que en cualquier lugar del mundo puede estar lo que se busca.


San Andrés, te echaremos de menos.

miércoles, 25 de mayo de 2011

El mundo desde la hamaca

¡Noches!

Hace ya unos días que el calor se ha apoderado de El Petén y no nos deja vivir, por eso el ritmo vital decae y la única actividad posible después de comer es bajar al lago y dejar que pase el tiempo. De momento nuestro récord está en... ¡5 horas! pero aún nos quedan un par de semanas para superarlo. 

Sí, habéis leído bien, en poco más de dos semanas nos despedimos de San Andrés. Por eso he empezado a hacer una lista de cosas que no puedo olvidar hacer antes de marchar, porque aunque están presentes desde hace mucho tiempo, siempre lo dejamos todo para el último momento. Una de ellas era hacer una hamaca. Aquí todo el mundo tiene una colgada en casa, incluso algunas personas la usan para dormir de manera habitual, cosa que aún no consigo entender, con lo bien que se está en una cama... Hablando con Yessica, nos dijo que su tío podía enseñarnos. Sólo teníamos que comprar los hilos y un puñado de paciencia y en unos días podríamos descansar en una bonita hamaca artesanal. Y eso hicimos, compramos un par de madejas de diferentes colores y nos pusimos a tejer. Lo primero que se necesita es un armatoste de madera donde poder extender los hilos y una aguja especial (hecha a mano y también de madera) en la que se pone el hilo para que se suelte libremente en cada fila. Como sé que es muy difícil hacerse una idea, lo ilustro con una bonita foto en la que usé el macro como los profesionales.

Sí, lo sé, los colores están calidad

Tardamos un par de días en hacerla (con ayuda incluida) pero estamos muy contentas con nuestras "hijas". Ahora el problema es colgarlas... que después de pelear un rato esta tarde seguimos sin encontrar la mejor forma de atar los lazos. Por el momento, y hasta que algún simpático guatemalteco nos guíe en el duro mundo de atar cuerdas a vigas, nos balanceamos cerca del suelo, para que el golpe sea leve. 


Buenas noches y... ¡Vaya! (versión ultrarreducida de "¡Qué les vaya bien!")

martes, 17 de mayo de 2011

Los Cocos

Hoy he aprendido qué es un estado de sitio
Si habéis leído el periódico estos días, puede que os hayáis encontrado con alguna de estas noticias... Noticia 1 y Noticia 2. Y si no lo habíais hecho, ya os he informado yo. 
Desde que estamos aquí han sido varias las personas que han muerto, en un radio más o menos reducido, de manera violenta. Pero lo que ha pasado este fin de semana en la finca de Los Cocos, ha sido algo exagerado. No sólo por el número de muertos, sino también por el modo de actuar. Iban buscando a un narco de la zona y al no encontrarlo en su rancho la tomaron con sus trabajadores, que terminaban de llegar a la zona para empezar la cosecha. De momento nosotras no nos relacionamos con traficantes, por lo que no tenéis que preocuparos, que en la entrada de nuestra escuela no hay "hombres malos con cromos/caramelos que llevan droga" (puede que influya el hecho de que no hay puerta...).
En realidad aquí estamos super tranquilas. Aunque dicen que en su huida hacia Mexico pasaron por San Andrés, el ambiente está calmado. Hoy no ha habido clase y mañana tampoco habrá y no sabemos muy bien si el jueves podremos retomar el ritmo, ya que el Estado de sitio está convocado para 30 días y no sé hasta que punto se puede ignorar. En principio pensamos que no va a haber ningún problema y que en unos días todo estará olvidado y la vida seguirá como hasta ahora, pero nunca se sabe...
Esperamos que todo se normalice y terminemos el curso como estaba previsto, que nos quedan muy pocos días de clase antes de los exámenes y los debemos aprovechar al máximo.
Por el momento no puedo añadir mucho más, sólo que si no fuera por las noticias en radio, televisión y prensa, no nos habríamos enterado de nada.

Mientras yo me voy a dormir... ¡que a ustedes les vaya bien!

domingo, 8 de mayo de 2011

EBG


En este lugar son muy fans de las siglas. Las usan para todo y en la mitad de los casos no siguen una lógica, ya que a veces usan la inicial de la palabra, otras veces cogen un par de letras y otras incluso tres. En el caso que nos ocupa, EBG, son las iniciales de Estación Biológica de las Guacamayas, donde hemos estado unos días rodeados de animalillos salvajes como tortugas, tarántulas, cocodrilos, monos y, no podía ser menos, guacamayas.

La estación se encuentra en el Parque Nacional Laguna del Tigre y según la Lonely planet es un gran parque alojado en el interior de la Reserva Maya, donde hay humedales de agua dulce, flora y fauna de El Petén.
Como teníamos cuello (o lo que es lo mismo, enchufe) nos organizaron una excursión completita, completita, por lo que pudimos aprovexar cada segundo de nuestro tiempo fuera de San Andrés. 
Después de un par de horitas de minibus llegamos a Paso Caballos, una aldea muy maja con población Q'eqchi'. Allí visitamos la familia de uno de nuestros alumnos, nos invitaron a un cafetito y conocimos el nacimiento del río San Pedro, por el cual teníamos que desplazarnos hasta llegar a la estación.

Como buenas maestras, organizamos las actividades del fin de semana (bueno, vale, nos ayudaron a hacerlo) y nos pusimos en marcha.
Nos explicaron cómo trabajan en los diferentes proyectos que hay actualmente, comimos e hicimos un recorrido más o menos corto por medio de la reserva hasta llegar al mirador desde donde se tenía una vista increíble de toda la zona, el humedal más grande de Mesoamérica. Cuando regresamos a "casa" jugamos al fútbol con las normas de la selva y cenamos con la ilusión de hacer un tour para ver animales nocturnos, cosa que no fue posible por culpa de las lluvias tropicales. 

Al día siguiente nos esperaba lo más duro y bonito...

Pareja de guacamayas. El macho está atento, no se la vayan a robar

Fue una caminata de más de 6 horas con almuerzo/comida incluido en el campamento de Wildlife Conservation Society (nos enseñaron cómo anillan los pichones y cómo se trabaja en un laboratorio de muestras de sangre de guacamayas en mitad de la nada) y una visita a El Perú (sitio arqueológico con montículos sin descubrir y estelas). Nos explicaron mil cosas de la vida de los mayas en ese lugar y nos hablaron de sus juegos y rituales. Antes de seguir andando nos hicimos la foto de rigor, donde se pueden ver algunas nuevas adquisiciones al grupo...

Hay un par de intrusos, voluntarios de la EBG

Por la noche fuimos a ver cocodrilos, con sus ojos brillantes en la oscuridad y de ahí a dormir, que nos lo habíamos ganado. Al día siguiente de vuelta a San Andrés, donde una pareja de novios esperaban que sirviéramos en su boda. Pero eso es otra historia... 

¡Qué les vaya bien!

lunes, 2 de mayo de 2011

Parque Nueva Juventud

¡Primero Dios!

Estaba yo pensando que mucho nombrar el parque y demás, pero aún no lo conocéis. ¡No pasa nada! Aquí hay soluciones para todo y de hoy no pasa que sepáis qué se hace en el parque ecológico Nueva Juventud.
El nombre viene del área en la que se encuentra, una zona entre San Andrés y la aldea Ixhuacut, y el objetivo que se persigue es poder mantener una mini-reserva natural de las especies que crecen en Guatemala ya que hace unos años se empezó a talar indiscriminadamente, la mayoría de veces para dejar espacio al ganado, y desde entonces hay áreas en las que no queda ni un sólo árbol. 
Durante años han sido muchos los voluntarios (guiados por Mateo) que han ido dándole forma al parque y hoy en día nos encontramos con un espacio donde conviven muchos palos (como llaman aquí a los árboles), frutales, plantas ornamentales... y algunos animalillos. 

¡Pasen y vean!

Sí, debo seguir practicando con el Gimp

El tejadito que se ve a mano derecha es el taller. Ahí trabajan la madera que van a usar en las vallas y demás construcciones y cuando ha sido necesario han hecho pupitres para las escuelas y pizarras. 

Si andamos un poquito más llegamos aquí:

La foto está hecha desde el último edificio del parque, la casa de los guardianes y el almacén de herramientas

Empezando por la izquierda podemos ver un tejadito de paja o bungaló (sí, los más puristas echarán de menos la "w", pero aquí lo escriben así y ya sabemos que... donde fueres, haz lo que vieres) que se usa para descansar. El edificio bajito del fondo es un pequeño museo, donde se pueden ver desde restos mayas hasta cráneos de animales pasando por un pequeño sistema solar. Y a su lado está la antigua casa de voluntarios con la "cocina" de posts anteriores en la parte baja. La casita de adobe fue el hogar adoptivo de 100 pollitos, que vinieron al parque más o menos al mismo tiempo que nosotras y que hoy en día son gallinas hechas y derechas que se mudaron a una casa más grande. Delante de ella hay un montón de "popó" de vaca (decíamos que... donde fueres...) que en un mes, más o menos, será abono orgánico para las plantas. 

En la esquina de la derecha se ven unas pequeñas bolsitas negras. Son las plantas del vivero, que más tarde serán trasplantadas. 

Además de todo esto, hay un jardín botánico, una zona de agricultura y una zona de animales. Estos últimos son los que más llaman la atención, por lo que en lugar de poner la foto de un repollo o un rábano, os dejo con este bonito momento...

Se ve el chorrito :)

¡Qué les vaya bien!

lunes, 25 de abril de 2011

Cocinando en el parque (parte II)

Como dicen que lo prometido es deuda, aquí estoy de nuevo para hablar de las propiedades del Ramón blanco y sus usos en la cocina. 
El Ramón es un árbol poco conocido en España, bueno, vale, completamente desconocido en el país de la paella y el flamenco, pero muy famoso por estas tierras. Sus frutos son muy nutritivos y complementan perfectamente la dieta básica de esta gente, es decir, junto con el maíz y el frijol proporcionan todos los nutrientes necesarios para llegar a ser altos y fuertes, ejem, quiero decir muy fuertes. 
Vinieron las Arguiñano de la zona, o lo que es lo mismo un par de expertas en el uso de esta semilla en la cocina y nos explicaron cómo tratarla desde la recolección hasta que llega a la mesa en forma de sopa, galleta o pastel. Inciso...olvidaba un pequeño detalle... y es que la "Capacitación en el uso de la semilla del Ramón" no iba dirigida a nosotras, si no a las madres de familia que pueden introducir este ingrediente en sus menús diarios. Por lo que nuestros alumnos vinieron acompañados de sus mamás y/o hermanas y entre todos cocinamos mil cosas ricas, ricas (y con fundamento).
Algunas de ellas se hacen con el fruto verde y otras con la harina que se saca después de varios molidos. En la foto podemos ver la semilla antes de ser hervida. El agua tiene ese color oscuro porque se usa ceniza para ayudar a que suelte la piel. 
 

Después se lava bien y se queda una bolita de aspecto similar a una aceituna y un sabor que recuerda a una patata hervida. Se puede comer en ensalada, con un poco de chile, consomé y limón o se puede moler para hacer masa y cocinarla junto con otras cosas. 
Con la harina hicieron una bebida con vainilla y canela, un par de pasteles, uno con zanahoria y otro con chocolate y galletas dulces, que alguien olvidó en el horno y se carbonizaron (pero aún así, estaban buenas)

Siento decir que no voy a poder demostrar en casa todo lo aprendido porque dudo que se pueda encontrar esta harina al otro lado del charco, pero no se lo digáis a nadie, así mientras tanto puedo disimular y seguir haciendo "capacitaciones" y poniéndome las botas. 

De momento... voy a ver si duermo un poco.

¡Feliz día por allí y feliz noche por acá!

domingo, 24 de abril de 2011

Cocinando en el parque (parte I)

¿Cómo van las vacaciones de Semana Santa?

Por aquí sólo hemos tenido dos días de vacaciones, que junto al fin de semana nos han dejado 4 días de corregir exámenes y trabajos, preparar clases y alguna que otra cosa más divertida, que no diré para que penséis que todo es trabajo duro.

Llevamos días sin actualizar ésto, por lo que hay varias cosas que contar y varias fotos que mostrar. Si os habéis parado a leer el título del post, podréis intuir que hoy toca hablar de cocina. Y si le habéis prestado mucha atención, sabréis que elegimos los fogones del parque ecológico para deleitar al mundo con nuestra gastronomía. 
Pensamos en preparar algo típico español para que lo probaran nuestros alumnos, pero con la oferta del mercado guatemalteco no nos dejaron muchas opciones, por lo que compramos huevos, patatas y alguna cebollita, que con paciencia y mucha leña se convirtieron en ricas tortillas. Para acompañar y llenarnos un poco más, horneamos pan y compramos tomates, aguacates, aceite de oliva y mayonesa y como broche final, Mateo hizo un pastel de chocolate que casi no dejamos enfriar. 
Para mejorar el ambiente pusimos musiquita, colgamos un par de hamacas y así pasamos un viernes entretenido y diferente.

 Pilladas con las manos en la masa


En esta foto está Luis con algunos panes y el montón de tortillas variadas. Al final hicimos de patata, de espinacas (recién cogidas del campo) y de patata con cebolla. No sobró ni un trozo, por lo que digo yo que les gustó lo que probaron. 

Unos días más tarde tuvimos la réplica guatemalteca, fueron ellos los que nos enseñaron a cocinar, pero como los posts largos son un rollo patatero... volveremos a hacer brasas en otro momento. 
Hasta entonces, ¡buen provecho!