miércoles, 25 de mayo de 2011

El mundo desde la hamaca

¡Noches!

Hace ya unos días que el calor se ha apoderado de El Petén y no nos deja vivir, por eso el ritmo vital decae y la única actividad posible después de comer es bajar al lago y dejar que pase el tiempo. De momento nuestro récord está en... ¡5 horas! pero aún nos quedan un par de semanas para superarlo. 

Sí, habéis leído bien, en poco más de dos semanas nos despedimos de San Andrés. Por eso he empezado a hacer una lista de cosas que no puedo olvidar hacer antes de marchar, porque aunque están presentes desde hace mucho tiempo, siempre lo dejamos todo para el último momento. Una de ellas era hacer una hamaca. Aquí todo el mundo tiene una colgada en casa, incluso algunas personas la usan para dormir de manera habitual, cosa que aún no consigo entender, con lo bien que se está en una cama... Hablando con Yessica, nos dijo que su tío podía enseñarnos. Sólo teníamos que comprar los hilos y un puñado de paciencia y en unos días podríamos descansar en una bonita hamaca artesanal. Y eso hicimos, compramos un par de madejas de diferentes colores y nos pusimos a tejer. Lo primero que se necesita es un armatoste de madera donde poder extender los hilos y una aguja especial (hecha a mano y también de madera) en la que se pone el hilo para que se suelte libremente en cada fila. Como sé que es muy difícil hacerse una idea, lo ilustro con una bonita foto en la que usé el macro como los profesionales.

Sí, lo sé, los colores están calidad

Tardamos un par de días en hacerla (con ayuda incluida) pero estamos muy contentas con nuestras "hijas". Ahora el problema es colgarlas... que después de pelear un rato esta tarde seguimos sin encontrar la mejor forma de atar los lazos. Por el momento, y hasta que algún simpático guatemalteco nos guíe en el duro mundo de atar cuerdas a vigas, nos balanceamos cerca del suelo, para que el golpe sea leve. 


Buenas noches y... ¡Vaya! (versión ultrarreducida de "¡Qué les vaya bien!")

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