jueves, 24 de marzo de 2011

San José, la Chatona y la Flor de la Feria

Quiero saber...
si San José hacía presupuestos pa' los muebles de la cocina y si cobraba bien y si les hacía un descuentito a los amiguetes de Belén... ¡Ay, son tantas cositas, ay, mi señorita, que quiero saber!

Este joven carpintero es famoso en el mundo entero, y mientras en Valencia se dedicaban a quemar cosas en su honor, aquí le homenajeaban en el pueblo que lleva su nombre. Durante toda la semana han estado haciendo diferentes actividades como procesiones, concursos de belleza, bailes, jaripeo (no tengo muy claro qué es, pero había toros de por medio, por lo que no fuimos a verlo) y algún que otro concierto.
Por las tardes la Chatona salía a recorrer las calles de San José con sus mejores galas y con un séquito de niños bailando. Hay una leyenda que dice que la Tía Tona era una mujer de México que acompañaba siempre a los chicleros (o recolectores de goma de mascar, extraída del zapote) y animaba cualquier reunión. Los niños, intentando pronunciar su nombre, la llamaban Chatona y así es como se quedó en el recuerdo de todos después de morir a causa de la mordedura de una barba amarilla.

La Chatona bailando a ritmo de marimba

El jueves por la noche elegían a la Flor de la Feria de este año, con su corona y sus cosas. Un virus (o similar) en el estómago me impidió disfrutar de la fiesta, pero los afortunados que estuvieron allí se codearon con la jet guatemalteca, como actrices, cantantes y demás gente de la farándula local. Al día siguiente había que trabajar, por lo que antes de ver quién fue la ganadora, ya estaban de regreso en casa. Pero no hay que preocuparse, todo esto es tan pequeño y la corona tan brillante, que en el concierto del viernes noche pudimos ver quién se había hecho con el título de este año. Los conciertos eran en la feria, donde había una noria (cestas de madera girando demasiado rápido), una especie de tiovivo, puestos de comida y muchos sitios para tomar (o lo que es lo mismo, beber una Gallo). Cuando llegamos no había nadie bailando y éramos los únicos en el centro de la pista intentando seguirle el ritmo a la orquesta que, sin mucho éxito, caldeaba el ambiente. Poco a poco la cerveza entró en los pies de los guatemaltecos y les lanzó al centro de la zona de baile, como siempre por parejas, ya que bailar solo está muy mal visto socialmente.
El sábado lo dedicamos a descansar y disfrutar de la luna, que si no me informaron mal, estaba unos 55000km más cerca de la Tierra, y reflejada en el lago estaba preciosa.

Mañana contaremos qué tal nos fue talando árboles en la selva. Hasta entonces, ¡qué les vaya bien!

Nota: Si haceis click en los nombres en verde... tendréis sorpresas ;)

1 comentario: