La envidia de Elvis

¡Mira que no comentar nada de nuestros chicos! Si es que... sois maś vergonzosos...

Este fin de semana también ha sido diferente. Debido a la lluvia, sí, en Guatemala también llueve, hemos disfrutado de unos días en plan cultureta con pelis y Doritos^R. Y por culpa de la misma hemos pasado la mañana del domingo en el hospital. Como las calles no están muy bien acondicionadas para el agua y yo soy torpe por naturaleza, me resbalé al bajar unas escaleras, o gradas como le llaman aquí, y me di un golpe en la espalda de los que no se olvidan fácilmente. Anoche casi no podía andar, pero pensé que durmiendo se me pasaría un poco. Me equivocaba. Esta mañana he bajado las escaleras al más puro estilo Marichalar (y no era precisamente por la elegancia de mi atuendo) y por si las moscas, hemos hecho la excursión a uno de los hospitales privados de Santa Elena. Aquí, en San Andrés, no hay médico, sólo algún que otro chamán (esto se merece otro post, ya que vivimos con una de ellos) que por el momento no hacen radiografías. El hospital era muy parecido al centro de salud de Hassi Labiad, y para los que no sean “casi médicos” diré que era una casa grande con habitaciones semi vacías y carteles de papel hechos en word indicando las diferentes salas.

Me han hecho una radiografía para ver si estaba todo en su sitio y con ella en la mano, me han informado de que tengo una pelvis perfecta para tener niños*. Lo sé, ahora todas queréis pasar por los rayos para saber el estado de vuestras pelvis. Por lo demás, me han dicho que no tengo nada roto y que con antiinflamatorios y paracetamol durante unos días debería pasarse el dolor

(Dicen que la belleza está en el interior...)

Esta otra foto es de facturas y recibos, ya que la asistencia médica en este país es exageradamente cara. Si lo miramos con ojos occidentales, no es tanto, pero teniendo en cuenta que el sueldo medio son unos 2000 quetzales y que entre unas cosas y otras he pagado casi 600Q... entiendo que el hospital estuviera casi vacío. Siempre les quedará el hospital nacional, aunque por lo visto no inspira mucha confianza.

(Sí, pone siento sincuenta quetzales)

Si alguien se pregunta por mi estado actual, diré que aún es pronto para libraros de mí, estoy bastante mejor y espero que en un par de días todo haya pasado.

¡Qué les vaya bien y cuidado con los charcos!

*Elena quería dedicarle un post a ésto, pero le he vetado el acceso a la publicación de entradas